sábado, 29 de agosto de 2015

Descubre el emprendedor que llevas dentro




En tiempos de incertidumbre es cuando hay más predisposición para plantearse nuevas alternativas. Esto también es aplicable al emprendimiento, y en momentos como el de la coyuntura actual, muchos se plantean la opción de emprender pero se les plantea dudas de saber si efectivamente tienen espíritu emprendedor.

Respuestas inequívocas no existen, y si es así, yo las desconozco. Sin embargo, sí que hay determinados síntomas o señales que pueden invitar a pensar que se está empezando a generar un cierto espíritu emprendedor.

Las personas que cambian a menudo de trabajo o que nada más empezar en un nuevo están empezando a buscar para cambiar cuanto antes porque se aburre o porque los jefes con quienes han de trabajar, según su punto de vista, son lamentables o no les soporta, es un indicio de que se puede estar frente a un emprendedor.

Aquellas personas que durante el trabajo están pensando en qué negocio montar o las ideas que se le ocurren compartiéndolas constantemente con todo el mundo, compañeros de trabajo, amigos, familiares, etc. Este tipo de soñadores del emprendimiento, y está relacionado con el punto anterior, muestran cierta insatisfacción laboral que les obliga a plantearse nuevos escenario, sin que al final se decidan a intentarlo.

Esta situación puede darse por un tiempo limitado, quizás meses, pero si dura años como algunas personas pasa, entonces se convierte en una situación incómoda y actúan de un modo deshonesto, ya que ni se está al cien por cien en el trabajo por el que le pagan ni se concede el derecho de darse la oportunidad de intentarlo, lo que acaba siendo frustrante.

Otro síntoma es cuando surge el sentimiento, de forma recurrente, que el trabajo que uno realiza ni es apreciado ni valorado por la organización y lo único que se espera es que llegue la hora para salir de un trabajo, que cuanto menos, incomoda.

En momentos como el actual no es infrecuente estar amenazado de despido por una u otra razón, lo que es cierto, que volver a entrar en el mercado laboral no es sencillo por lo que mucha gente se decide a emprender. Evidentemente, en casos como este se es emprendedor por necesidad, no vocacional, pero lo que importa es que se es.

El caso más indudable es el de aquellos que llevan bastante tiempo planteándose un negocio determinado, han elegido un nombre, han registrado legalmente la entidad, tienen un plan de negocio, un logo, un dominio, etc. Sin embargo, todavía no se ha decidido por dar el paso de asumir el riesgo que implica ser emprendedor.

Son distintos casos o fases todos ellos con el denominador común de querer ser emprendedor pero no atreverse por el miedo al fracaso o por sobrevalorar los riesgos de asumir el rol de emprendedor, pero si te ves reflejado en alguno de los casos anteriores, quizás es porque hay un germen de emprendedor que necesitas explotar.

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