miércoles, 19 de febrero de 2014

¿Se puede modificar voluntariamente la conducta?

Hace algunos años atrás, una de mis inquietudes era encontrar una alternativa (o formula por llamarlo de algún modo), para lograr modificar hábitos o conductas, de forma más rápida, que sea sostenible, para las personas, si bien quizá algunas conductas no son altamente dañinas o perjudiciales para la humanidad en general, si generaban un nivel de insatisfacción en lo personal y que lograr conquistarlas se convierte en un motivador que desencadenara una serie de pequeños cambios, que impactaría directa o indirectamente a los círculos de influencia  más cercanos (Familia, amigos, iglesia, la empresa, sociedad, en fin).

En una reunión entre colegas discutiendo el tema, reaparece  una palabra sencilla, conocida y seguramente más utilizada en contextos académicos,  Aprendizaje, citando uno de sus conceptos, que el Aprendizaje es la modificación voluntaria de la conducta… (Ing. Willy Gomez). Eso mismo nos lleva entonces que para aprender, seguramente tendremos que desaprender, intentare darle forma a la idea. Si una persona desea modificar determinada conducta, sencillamente debe ir a buscar el argumento; Pero para llegar al argumento, se debe conocer el proceso que se llevó, que fue a través de varias etapas, veámoslo de manera gráfica.


Llegando a este punto, podríamos concluir que una conducta se alimenta constantemente de una historia, que se afianza con un argumento. Sería entonces de considerar que para para modificar una conducta, debemos encontrar el argumento que la enraíza y razonar sobre cómo llegamos a este punto, seguramente implicara confrontar un tanto los sentimientos o pensamientos y lo que implicara un cambio, de allí elegir si es el momento de transformarnos a nosotros mismos, siendo conscientes de los beneficios que vendrán, el siguiente paso para acelerar el proceso, será el de desaprender (es como ir borrando en una pizarra), todo lo que nos hizo llegar a la conducta que ya no es deseable o necesita ser cambiad, al dejar la pizarra en blanco, comienza un nuevo ciclo que lo hará sostenible, el del aprendizaje, porque hemos elegido (voluntariamente) modificar la conducta, y cuando el cambio se haga evidente habremos  construido una nueva historia, que alimentara constantemente la nueva conducta.    La inquietud ahora será si tomamos el reto de conquistarnos a nosotros mismos y ver hasta dónde podremos llegar en cualquier área de nuestra vida…

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